TODOS TENEMOS ALGO QUE CONTAR

UNA TARDE COMO CUALQUIER OTRA

Angie Marcela Pérez Beltrán

Cada quien se levanta de su cama pensando o queriendo que algo nuevo pase en su vida, pero este parece ser un día como cualquiera, aunque viéndolo bien cada día trae consigo alago nuevo.

Venia en el bus, camino a la universidad, se subió un señor, era pálido ,flaco y en su cara una expresión de cansancio, al instante promociono su producto (un caramelo ) con el cual le daba de comer a sus dos hijas de tres y seis años, decía: “ por favor colabórenme que tengo dos hijas las cuales me esperan en la casa para que les lleve algo de comer”, algunas personas le compraron, otros solo volteaban su cara y no ponían atención, desilucionado por que al parecer no había vendido mucho el día de hoy, sin embargo recogió sus dulces dio las gracias a cada pasajero y se marcho con la ilusión conseguir más dinero al subir a vender en otro bus.

Luego llegando al caí de la soledad, me bajo del bus y camino hacia la universidad, una vez llego, la misma rutina de todos los días sacar el carne y mostrarlo, después me dirijo hacia el salón donde tengo clase de redacción para medios, cuando entro al salón me encuentro con los compañeros del salón algunos están sentados en su lugar de trabajo las mismas caras cansadas, al comenzar la clase el profesor pregunta por las inquietudes del las notas del corte, ya se acababa el segundo corte solo basta uno, para poder salvar la materia, y comenzábamos el tercero, el tema del día la crónica, el profesor nos dio algunas pautas sobre el tema y luego cada uno comenzó a escribir su crónica, yo aun no sabia como empezar, aproximadamente 15 minutos antes de terminar la clase cada uno leyó su crónica, unos apenas tenían un párrafo, al final cada quien plasmo lo que había hecho en el trascurso del día, las letras dieron paso a la imaginación de cada quien para entender lo que su compañero quería expresar , al final de la noche la protagonista, la crónica.